Hay una historia inimitable que conocí hace poco en un sitio web médico. Se centra en John, un agricultor que vive en la zona rural de Uganda. John es seropositivo, no tiene estudios y vive con cinco miembros de su familia en una casa con paredes de barro que no tiene electricidad. Se le diagnosticó el VIH en 2005 y empezó la terapia antirretroviral (TAR) cuatro meses después de desarrollar un herpes zoster diseminado (una erupción localizada) y un sarcoma de Kaposi (un tipo de cáncer que se forma en la piel, los ganglios linfáticos u otros órganos) con un recuento de CD4 extremadamente bajo y peligroso de 151.
Lo más destacable de la historia de John es que cumplió casi el 100% de su medicación antirretrovírica a pesar de no tener reloj, ni despertador, ni un teléfono móvil básico con función de despertador. John fue monitorizado durante 89 días y, durante este periodo, tomó el 90% de las dosis prescritas de antirretrovirales dentro de los diez minutos de las 7:20 de la mañana y dentro de los 17 minutos de las 7:20 de la tarde.
¿Entonces cómo se las arreglaba John para tomar su medicación a tiempo cada día? Bueno, la conclusión lógica sería a través de la salida y la puesta del sol, pero la solución de John no dependía de un cielo despejado. En lugar de ello, sabía cuándo era la hora de tomar sus antirretrovirales por la mañana y por la tarde escuchando un programa de radio diario que se emitía a la misma hora cada mañana y cada tarde. Es una historia increíble y John es la prueba de que se puede conseguir una adherencia casi perfecta en entornos con recursos limitados: sólo hace falta un poco de ingenio.
Tratamiento del VIH: Los tiempos están cambiando
En los primeros años después de que se descubriera la actual epidemia, el VIH era algo muy temido porque a finales de los 80 y principios de los 90, contraer el virus se consideraba una sentencia de muerte garantizada. Hasta la fecha, el VIH y el sida han matado a más de 39 millones de personas, pero todo esto está cambiando gracias a una investigación pionera, al desarrollo de potentes medicamentos antirretrovirales y, por supuesto, a la evolución tecnológica. El VIH se ha convertido en una enfermedad crónica manejable y las personas seropositivas pueden vivir una vida casi normal si toman su tratamiento antirretroviral de forma estricta y correcta.
De hecho, los actuales efectos combinados de la terapia antirretroviral y la tecnología están funcionando tan bien que ONUSIDA cree que para 2030 el sida dejará de ser una amenaza para la salud pública, lo que significa que un futuro sin VIH es cada vez más posible.
Aquí te presentamos cinco formas en que el innovador ingenio tecnológico y médico ha cambiado el futuro del HIV y del SIDA para siempre:
1. m-health - Información al alcance de la mano
La m-salud es el uso de dispositivos móviles para prestar y mejorar los servicios sanitarios y la información relacionada con la salud. Sin duda, el uso de la tecnología de los teléfonos móviles ha tenido uno de los mayores impactos en la lucha para acabar con el VIH y el sida. Las aplicaciones para teléfonos inteligentes, los servicios de mensajería en línea como WhatsApp e incluso las aplicaciones para citas desempeñan un papel importante a la hora de proporcionar información y comunicación en tiempo real con los profesionales sanitarios, de animar a las personas a hacerse las pruebas y recibir tratamiento, y de ayudar a las personas a hablar sobre su vida con el VIH.
Un ejemplo interesante es el de una trabajadora sanitaria comunitaria de Malawi, que ha utilizado los servicios de SMS para recordar a los miembros seropositivos de su comunidad que asistan a los grupos de apoyo y a las clases de gestión de la salud del VIH. En la mayoría de los países africanos, los servicios de banda ancha siguen siendo inasequibles, por lo que el acceso a métodos de comunicación basados en Internet no siempre es una opción viable. Por lo tanto, el uso de servicios de SMS es a menudo una forma eficaz de proporcionar servicios a las personas en las zonas más pobres y rurales.
2. Telesalud - Acceso remoto a la asistencia sanitaria
La telesalud o telemedicina, que es similar a la m-salud, se refiere al uso de la tecnología por parte de un trabajador sanitario para interactuar y comunicarse con pacientes que viven lejos. La ventaja de la telesalud, sobre todo para quienes viven en zonas pobres, es que reduce los costes de acceso a una atención sanitaria adecuada. Para muchas personas empobrecidas, viajar a las clínicas suele ser una opción cara o imposible, por lo que los servicios de telesalud hacen posible que la gente tenga acceso a información y asesoramiento.
Priscilla Chomba-Kinywa desarrolló un proyecto en Zambia llamado U-Report, que utiliza servicios de SMS para promover la educación sexual entre los jóvenes. El proyecto incluye asesores formados las 24 horas del día para responder a preguntas sobre el VIH, las infecciones de transmisión sexual y otros temas de salud reproductiva.
3. Aplicaciones innovadoras para teléfonos inteligentes que ayudan a combatir el VIH
Hay un sinfín de aplicaciones para smartphones que ofrecen todo tipo de servicios, información y herramientas prácticas para las personas infectadas y afectadas por el VIH. Las estadísticas de 2016 indican que aproximadamente el 95% de la población mundial vive en una zona cubierta por una red celular móvil y que hay más de siete mil millones de suscripciones a teléfonos móviles en todo el mundo.
Con unas estadísticas tan abrumadoras, no es de extrañar que los desarrolladores de aplicaciones hayan aprovechado al máximo esta tendencia. Las aplicaciones, dirigidas a las personas seropositivas o a las que toman profilaxis previa o posterior a la exposición, pueden ayudar a las personas a gestionar mejor sus planes de tratamiento, conectarlas con el personal sanitario y las comunidades seropositivas, y proporcionar información importante sobre los avances y la investigación.
4. Formas ingeniosas de hacerse la prueba del VIH
Para crear un futuro sin VIH, es crucial que la gente se haga la prueba y conozca su estado. El ONUSIDA ha ideado el llamado 90-90-90, según el cual el 90% de las personas seropositivas conocen su estado, el 90% de estas personas seropositivas están en tratamiento antirretroviral, y el 90% de estas personas en tratamiento antirretroviral logran la supresión viral (el punto en el que el virus se vuelve indetectable y no se puede transmitir).
Cada vez es más fácil hacerse la prueba del VIH (especialmente con la prueba rápida) y muchos países ofrecen servicios gratuitos de asesoramiento y pruebas. Los investigadores de la Universidad de Colombia han desarrollado un dongle que puede recoger una gota de sangre y analizarla en busca de los anticuerpos que combaten el VIH. El dongle se conecta a un teléfono inteligente o a una tableta a través de la clavija de audio y la aplicación específica analizará el resultado y dará un diagnóstico en 15 minutos.
Los kits de pruebas caseras también se han convertido en una posibilidad en los últimos años y muchas personas recurren a este tipo de pruebas para tener más privacidad. Hay dos tipos de pruebas que se pueden hacer en casa, la prueba postal del VIH y la autoprueba del VIH. Con la prueba postal, basta con tomar una muestra de sangre o saliva y enviarla a un laboratorio. A continuación, recibirá el resultado mediante una llamada telefónica.
Con el kit de autotest, usted se toma su propia muestra de sangre (mediante un pequeño pinchazo) y el kit de análisis le dará su estado casi inmediatamente. En su mayor parte, los kits de pruebas caseras del VIH son extremadamente fiables, pero si recibe un resultado positivo del kit, es importante que acuda a un profesional sanitario para una prueba de confirmación. Aunque este tipo de pruebas pueden ser útiles y privadas, es imprescindible, sin embargo, que tengas a alguien contigo para que te apoye emocionalmente. Por eso es preferible realizar las pruebas en las clínicas, ya que un profesional sanitario estará a mano para asesorar e iniciar el tratamiento si el resultado es positivo.
5. Medicamentos modernos que previenen el VIH
Hay varias formas de utilizar los ARV para prevenir la transmisión del VIH. Dos de estas formas son: preexposure prophylaxis (PrEP) y la profilaxis postexposición (PEP).
La PrEP se refiere al uso de un medicamento antirretroviral llamado Truvada para proteger a una persona seronegativa de la infección por el VIH. Este fármaco es especialmente útil para las personas con alto riesgo de infección por el VIH (trabajadores del sexo, por ejemplo). Truvada se toma a diario (en forma de píldora única, por vía oral) y las investigaciones indican que esta píldora tiene una eficacia de entre el 90% y el 99% en la prevención de la transmisión por vía sexual (si se toma regularmente según lo prescrito). La profilaxis posterior a la exposición (PEP) consiste en la administración de antirretrovirales a una persona seronegativa después de haber estado expuesta al virus (por ejemplo, a través de un pinchazo de aguja o de relaciones sexuales sin protección).
Una aplicación interesante:
La aplicación PrEP Locator se ha desarrollado para ayudar a las personas en EE.UU. a buscar proveedores de PrEP según su código postal, estado o dirección. La aplicación también filtra los servicios que no ofrecen PrEP a quienes no tienen seguro médico.
VIH: Qué nos depara el futuro
La vida media de una persona que adquiría el VIH hace unas dos décadas era de 12 años. Hoy en día, se espera que las personas seropositivas tengan una esperanza de vida casi normal y una vida productiva y saludable siempre que sigan tomando su tratamiento antirretroviral según lo prescrito. No hace falta decir que el tratamiento antirretroviral moderno es nada menos que un milagro.
Hace años, nadie habría pensado que fuera posible disponer de una medicación que ayudara a las personas seropositivas a llevar una vida normal y saludable. De hecho, hace tres años, nadie pensaba que fuera posible alcanzar los objetivos 90-90-90 de ONUSIDA. Sin embargo, aquí estamos, apenas unos años después, con estadísticas increíbles: un récord de 19,5 millones de personas acceden a la terapia antirretroviral y, por primera vez, más de la mitad de las personas que viven con el VIH reciben tratamiento. En África, Botsuana está increíblemente cerca de alcanzar el objetivo 90-90-90 en materia de pruebas, tratamiento y supresión vírica, y es un ejemplo destacado de lo que puede ocurrir, incluso en los países más pobres o subdesarrollados, cuando se da tratamiento antirretroviral gratuito a las personas.
Los objetivos 90-90-90 son, por supuesto, ambiciosos y requieren una inmensa solidaridad mundial, una continua innovación tecnológica y médica, y una responsabilidad compartida a todos los niveles para alcanzar estos objetivos y trabajar hacia un futuro sin VIH. El primer paso hacia este futuro es hacerse la prueba. Ya no hay que temer un diagnóstico positivo: El VIH es ahora una afección crónica, no una sentencia de muerte, y puede gestionarse bien con la adherencia al tratamiento antirretroviral. Sin embargo, si realmente queremos ver un futuro libre de VIH y SIDA, es importante que sigamos educados, que entendamos cómo funciona y se transmite el virus, y que practiquemos el sexo y la higiene seguros.
ONUSIDA quiere ver un país libre de VIH en 2030. ¿Te apuntas?
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