Después de una infección por COVID, se puede perder el sentido del olfato, sin embargo, actualmente no tenemos datos a largo plazo sobre la recuperación del olfato y el gusto. Basándonos en los estudios de otros virus que causan la pérdida del olfato, sabemos que el olfato puede volver rápidamente en un par de semanas, pero en otras ocasiones se puede tardar muchos meses en recuperarlo. Esto significa que la recuperación puede ser a veces un proceso lento. Por lo que sabemos hasta ahora, alrededor de 1 de cada 10 casos de perdida de olfato y gusto persisten después de la infección por COVID; sabemos por otros virus que alrededor de 1 de cada 3 personas verán recuperado su sentido del olfato a lo largo de 3 años.
La mayoría de la gente subestima la importancia del olfato hasta que no funciona correctamente. Este sentido está vinculado a la emoción y la memoria, nos alerta del peligro y, lo que es más importante, está emparejado con el gusto para darnos el sentido del sabor.
La anosmia, o la pérdida del olfato, se ha relacionado con la depresión. La pandemia de COVID-19 ha puesto la anosmia en primer plano. Sin embargo, muchos virus provocan una disfunción del olfato, incluido el resfriado común.
¿Por qué el COVID-19 afecta al olfato y al gusto?
La capacidad de COVID-19 para alterar el gusto y el olfato sigue sin estar clara. Una teoría sugiere que el SARS-CoV-2, al igual que otros virus similares, provoca una inflamación en el interior de la nariz que conduce a una pérdida de neuronas olfativas o de olor.
Los investigadores descubrieron que la expresión de los receptores celulares humanos a los que se une el SARS-CoV-2 es mayor en la cavidad nasal y en las células del tejido olfativo, lo que provoca una pérdida de olfato y gusto.
Aunque todavía no está claro por qué el COVID-19 provoca una pérdida del olfato y del gusto, un estudio descubrió que el 53% de los individuos que contrajeron el COVID-19 experimentaron perdida de olfato y gusto. La pérdida del olfato o del gusto, o la reducción de estos sentidos, podría ser un síntoma temprano de COVID-19. Al hacer que la gente sea consciente de estos síntomas se podría fomentar un diagnóstico y un tratamiento más tempranos.
¿Debo preocuparme por la pérdida del olfato y el gusto?
Tras recuperarse de la COVID-19, muchos pacientes no recuperan el sentido del olfato de inmediato, y a algunos les preocupa que la situación pueda ser permanente; sin embargo, un estudio reciente tiene noticias alentadoras para estos pacientes: los resultados mostraron que casi todos los pacientes que perdieron el sentido del olfato tras contraer COVID-19 pudieron recuperarlo.
Estudio sobre la pérdida del olfato y el gusto
Investigadores de Francia realizaron un seguimiento de 97 pacientes que, de media, tenían 39 años de edad. Todos habían perdido el sentido del olfato tras contraer la COVID-19. Se preguntó a los pacientes cómo había cambiado su capacidad olfativa a los cuatro meses, a los ocho meses y al año completo de haber perdido el sentido del olfato. Aproximadamente la mitad de ellos también se sometieron a pruebas especializadas.
A los cuatro meses, aproximadamente el 84% de los pacientes había recuperado el sentido del olfato, mientras que seis pacientes aún no lo habían recuperado; los ocho restantes lo habían hecho a los ocho meses. Un año después de su diagnóstico inicial, sólo dos de los 51 pacientes que se sometieron a las pruebas especializadas seguían sufriendo algunos problemas con su sentido del olfato, indicaron los resultados.
En general, el 96% de los pacientes se había recuperado objetivamente a los 12 meses, informaron los investigadores.
Aunque, por término medio, se estima que aproximadamente el 90% de los afectados puede esperar una mejora en cuatro semanas.
¿Cómo mejorar la pérdida del gusto y el olfato?
- Elegir alimentos que le resulten atractivos es la clave para asegurarse de que come bien, y debe seguir probando nuevos alimentos, ya que sus preferencias gustativas pueden cambiar.
- Mantener la boca sana cepillándose los dientes a primera hora de la mañana y a última de la noche, y enjuagándose la boca con agua si la siente seca o incómoda. Evitar los enjuagues bucales a base de alcohol.
- A menos que un logopeda le haya dado recomendaciones específicas sobre la deglución, pruebe a experimentar con diferentes sabores, texturas y temperaturas de los alimentos para ver cuáles le resultan más digeribles. Es posible que los sabores suaves, como el pollo, el pescado, el tofu y el arroz, sean más fáciles de comer, especialmente si todavía tiene náuseas o el estómago revuelto.
- Mantenga una dieta saludable con una buena ingesta de proteínas; sin embargo, los alimentos ricos en proteínas pueden adquirir un sabor amargo o metálico. Pruebe a marinar las carnes con adobos agridulces para cambiar el sabor y pruebe una variedad de fuentes de proteínas para encontrar la más agradable para usted: carne roja, aves de corral, pescado, huevo, queso, alternativas de carne vegetariana, frijoles y legumbres.
- Los alimentos y bebidas aromatizados, como los de naranja, limón o lima, pueden ser útiles para equilibrar los sabores muy dulces. Chupar caramelos hervidos y caramelos de menta también puede ayudar a refrescar la boca antes y después de comer.
- Probar los cubiertos de plástico en lugar de los de metal y utilizar utensilios de cocina de cristal si se experimenta un sabor metálico.
Si tiene dificultades para mantener su peso y comer bien, póngase en contacto con su médico o profesional de la salud
En algunos casos, el entrenamiento olfativo podría ayudar a las personas a recuperar antes el sentido del olfato. El entrenamiento consiste en oler cuatro aromas durante unos segundos cada uno al día. Concentrarse en cada aroma puede ser útil. Eligiendo diferentes sabores de alimentos, se puede aplicar este entrenamiento a su sentido del gusto.
Los que luchan contra la pérdida del gusto y el olfato también pueden encontrar útiles las siguientes asociaciones:
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